De antiguo fueron ladrillo a ladrillo construyendo las mas altas y robustas fortalezas, los castillos mas envidiados, los imperios mas extensos. De aquello no queda nada, sólamente escombros que luchan contra el olvido. El ser humano fue evolucionando, el ser colectivo lo fue matando. Conforme las murallas detenian el avance de la humanidad esta misma fue escapando, viajando en lo prohibido, apagando las velas y caminando en imaginaciones infantiles. Las orquestas de musica fueron emitiendo sus golpes de tambor, sus silvidos de clarinete. De poco sirvieron aquellos golpes y silvidos. Y aún hechamos de mano a la imaginacion para escapar.
Escapar a dónde no haya nadie, solo nosotros.
Ladrillo a ladrillo levantaremos ese muro en el que grabaremos nuestros nombres.
